Entra a su casa y las acostumbras letanías dan la bienvenida. Al igual que cada noche repiten sus cargas de frustraciones, fracasos y culpas. Como autómata continúa con pasos intermitentes por el pasillo, busca un lugar solitario en donde pueda evadir las voces que colman el espacio con infinitos reclamos absurdos. Piensa «debo llegar alSigue leyendo «El traje (relato corto)»
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Carmen M. Sosa: Sin fiesta no hay boda (13)
Al recibir la inesperada visita de Manuel, se produce un mutismo en la familia Sosa. La madre pide que vayan al comedor para disfrutar de una improvisada cena. Allí se dirigen acompañados del denso silencio, que permanece presente como un invitado más.
Carmen M. Sosa: Caminos diferentes (11)
Han transcurrido varias semanas desde el desafortunado encuentro con Manuel, en aquella cena llena de altibajos para Carmen M. Sosa quien aún no perdona ese incidente y a pesar de sus explicaciones, no puede evitar sentirse burlada.
Todo para ella (Microrrelato)
Él está convencido de que Emma no vale para trabajar. Como al azar suelta palabras en todo momento que se lo hacen saber. Al poco tiempo ella deja su cargo de gerente.
Mi marido llamó (microrrelato)
El tono amable de su voz dice que vendrá con algún amigo por lo que añado más agua al caldo, aunque quede soso. Confío que esté consciente de que servir más de tres platos de comida sería demasiado. Abrí la puerta y como una avalancha se instalaron en el salón.
La luna (microrrelato)
La taza llena proyectó la luna en su interior. Encontrar el café frío, sin azúcar, indicó el tiempo transcurrido desde que ellos se retiraron. Comprobar esa huida no alivió su malestar.
Infranqueable (microrrelato)
Tus pasos esquivaban mis palabras que se caían como flechas lanzadas al vacío. Fue esa que lancé cargada de fuego, con la intención de dar en el punto vital, la que intentaste interceptar con el escudo de tu indiferencia pero, aun así lo atravesó. Huiste dejando tus huellas en el camino de hierbas que nacían en el terreno, rompiendo las piedras que impedían tu entrada a la Caverna de las Ascuas. No pude seguirte porque no conocía ese mundo, me asustaba su mar de lava. Contemplando ese puente para mí peligroso, infranqueable, te dije adiós para siempre.
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