Al caer la tarde, comienzan a organizarse para disfrutar del tan esperado estreno. Unos preparan los aperitivos, otros las bebidas. La mesa delante del sofá se llena de bandejas, servilletas, vasos y cuantas cosas se les ocurran que pueden necesitar mientras ven la pantalla de su TV OLED 83″ ultra HD 4K. Nadie desea levantarse en medio de la proyección y perderse algún momento, tampoco quieren parar la escena para no perder el ritmo de la trama.

Una vez supervisada por enésima vez la mesa, el sofá, los cojines y todo lo imprescindible, se sientan y encienden la TV. Esta película ha sido anunciada meses atrás por la plataforma de streaming. Es ganadora de varios premios internacionales, además de ser reconocida por su gran fotografía. Tiene al aclamado director del momento. La planta actoral también está formada con los mejores. La crítica internacional la ha catalogado como magistral. Sus pocas escenas nos obliga ha replantearnos los aspectos más vitales de la existencia. En realidad la trama es una recreación de un antiguo film, ya olvidado por muchos, pero conocido por todos gracias a los veinticinco remakes que se han hecho en el último año y los cinco best sellers publicados el año anterior. No hubo que navegar en el catálogo de la plataforma de streaming para encontrarla.

El silencio se hace presente, con ansiedad contienen las respiraciones y observan la pantalla que dibuja el escenario en penumbras. Los nombres de los protagonistas se dejan leer y al aparecer el del director, un hilo musical indica el comienzo de la trama. Un tímido foco ilumina el rincón de lo que parece un gran salón. Se escuchan pasos, una respiración agitada. Al parecer hay una pelea en medio de la sala. Algunos objetos caen. La voz de un niño clama a su madre, ésta grita y la leve luz le baña el torso desnudo que deja ver sus voluminosos senos. Una mano masculina se pierde en el espacio. La luz se desplaza en direcciones opuestas a los movimientos de los actores. El niño grita, la madre grita, el hombre grita. La música se intensifica. El negro de la escena se come todo y de golpe la ilumina, para anunciar un amanecer.

El paisaje de montaña muestra un lago, hermosas flores y árboles frondosos. Ya estamos al final del film. La cámara nos transporta lentamente hasta la puerta de la lejana cabaña donde ocurrieron los sucesos espeluznantes de las escenas anteriores. La música de suspenso nos lleva de la mano para mostrar a la mujer que sonríe antes de cerrar el maletero del automóvil . A lo lejos el hombre la llama, ella  llama al niño, los tres se encuentran y caminan hacia el bosque. Las imágenes se difuminan hasta que llegan al negro absoluto.

Entre llantos, aclamaciones y emociones incontroladas, los presentes no leen los créditos finales. Lo intenso del film les impidió comer o tomar algo de lo expuesto en la mesa y aún no salen del asombro. Solo uno de ellos atinó a decir: ¡Qué gran película!, son muchos los planteamientos que hace. ¡Es superior a la crítica! Los demás no hablan, asientan con la cabeza mientras secan sus lágrimas.

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Queridos lectores, permítanme adelantarme a los comentarios (ya me conocen, soy optimista y creo que sí los habrá). Lo único que puedo decir de esta versión del film, es que solo vi negro sobre negro; tanto, que llamé a la plataforma de streaming para averiguar si era un error y la amable operadora, al saber que mi TV era del 2018, me informó que las nuevas grabaciones están hechas de esa forma y muy sutilmente sugirió que mi televisor estaba desactualizado.

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