Ali y Manos de Piedra son películas que muestran facetas de la vida personal de estos grandes de carne y hueso que tienen historias interesantes, aún para aquellos que no conozcan este deporte y la lucha personal de Muhammad Ali y Roberto Durán (Mano de Piedra)
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El boxeo | 😎😎😎😎😎 |
Las biografías | 😊😊😊😊😊 |
Emociones fuertes | 😱😱😱😱😱 |
Historias de superación personal | 😍😍😍😍😍 |
Sin duda han contribuido al cambio social tanto desde EEUU como de Panamá, cambios que de una manera u otra hoy conocemos y disfrutamos.
Confieso que para mí el boxeo es un deporte que me apasiona. Lo he practicado y aunque ahora lo tengo abandonado I’ll be back como diría Terminator


Ambas son historias de superación personal: David contra Goliat. Siendo David (en ambos casos) los respectivos boxeadores y Goliat lo que está detrás del «negocio deportivo» y que ambas películas pasan sin profundizar en el tema, de puntillas, aunque muestran el trato de «ficha» del boxeador en esa época (décadas 60, 70 y 80). En cierta forma me hicieron recordar la Casa de Batiato con sus gladiadores, en la serie Espartaco.
Pero volviendo a las películas les cuento que son completamente diferentes, pero que las vi el mismo fin de semana. La primera fue:
Ali
Muhammad Ali es uno de los personajes más entrañables de la historia contemporánea de los EE.UU. Campeón, líder y gran figura mediática, Ali reunía más carisma que nadie. El film narra la vida del hombre y del campeón, desde sus comienzos hasta la gran pelea contra Foreman en 1974.
Como Cassius Clay gritó: “¡Soy el más grande!, ¡Soy el más grande!” Y al día siguiente de obtener su primer título mundial anunció que se había convertido a “la Nación del Islam” y tenía un nuevo nombre: Muhammad Ali.

Son muchas las frases famosas de Ali, entre ellas: «Flota como mariposa, pica como abeja» “Soy el más rápido, el más rudo y el más lindo” y hay una en particular que hace alusión a la rapidez del pugilista (que no es otra cosa que un deportista que se dedica profesionalmente al boxeo u otro deporte de lucha): «Golpe fantasma» Les cuento de dónde proviene:
En el primer asalto del segundo combate contra Sonny Liston, Ali conectó un certero golpe de derecha que derrumbó al retador, pero sucedió que el árbitro (Joe Walcott) no había coordinado el tiempo transcurrido con el encargado de llevar el cronómetro.

Cuando lo hizo, habían transcurrido unos trece segundos. Liston se puso en pie y parecía que ambos reanudarían el combate; pero Walcott fue informado por Nat Fleischer (editor de The Ring) de que el cronometrador había contabilizado en diez segundos el tiempo que Liston había permanecido en la lona. En consecuencia, Walcott interrumpió el combate y proclamó a Mohamed Ali ganador. El enredo provocó que la pelea se convirtiera en una de las más polémicas de la historia del boxeo. El golpe decisivo de Ali sería conocido de allí en adelante como el «golpe fantasma», porque aparentemente pocos espectadores vieron el impacto en el cuerpo de Liston.
El más grande de todos, en todos los tiempos, es tristemente representado por Will Smith, quien no se tomó la molestia de prepararse físicamente para encarnar a un hombre campeón de los pesos pesados. Tampoco logró transmitir la fuerza, la energía, el carisma, de esta leyenda. En su actuación no mostró el carácter, temple y capacidad de lucha, no solo en el cuadrilátero, sino también en su vida personal.
La enorme influencia que tuvo Muhammad Ali en la política y en las luchas sociales o humanitarias a favor de los afroamericanos y del islam de su generación, pasan a formar una anécdota en la película que sí se empeña en mostrar a un boxeador “don Juan” que no encaja con los hechos más resaltantes de su historia. Como por ejemplo:
La oposición de Alí a su reclutamiento de las fuerzas armadas de su país durante la guerra de Vietnam y la creciente ola de protestas que su negativa produjo. Algunos lo vieron como un héroe, otros como un «negro traidor» que reinaba en un deporte inventado por blancos. A los veinticinco años terminó con sus licencias para boxear canceladas y fue despojado de los títulos de la AMB y NYSAC y fue sentenciado a cinco años de prisión. Hasta ese momento tenía un récord de 29 victorias sin derrotas, 22 de ellas por KO (nocaut).
Cuando le preguntaron por qué no iba a Vietnam, dijo: «No voy a pelear una batalla en la que no creo, es algo injusto. Yo no tengo problema con los vietcong. Ningún vietcong me ha llamado nigger» Las protestas en contra de la Guerra de Vietnam se propagaron por todo el país mientras él permaneció en la cárcel.

Retorno de Muhammad Ali
El año 1970, algunas comisiones estatales de boxeo empezaron a considerar la autorización para que Muhammad Ali retornara al cuadrilátero. Gracias a la ayuda del senador Leroy Johnson, del estado de Georgia (el único estado del país que no tenía una comisión de boxeo) logró pelear contra Jerry Quarry el 26 de octubre en Atlanta. Dicho combate lo ganó en el tercer asalto por KO técnico.
A los 28 años volvió para señalar que el boxeo es un deporte que practican personas, no «fichas» que se mueven de acuerdo a oscuros intereses de terceros. Esos años en prisión no le arrebataron lo que era suyo: Su título de campeón, además del amor y respeto de su público.
Recibió muchos reconocimientos durante su vida: Seis veces elegido «boxeador del año» por The Ring: 1963, 1966, 1972 (junto a Carlos Monzón) 1974, 1975 y 1978. Premio Martin Luther King, Jr. (1970) Ingresó al Salón de la Fama del Olimpismo de los Estados Unidos (1983) Reconocimiento al servicio distinguido por la Asociación Mundial del Boxeo (1985) Ingresó al Salón Internacional de la Fama del Boxeo (1990) Premio Arthur Ashe por labor altruista (1997) Medalla Presidencial de la Libertad (2005) Reconocimiento como «Rey del Boxeo» por el Consejo Mundial del Boxeo (2012) Deportista del Siglo XX por Sports Illustrated. Deportista del Siglo XX por la BBC, 1999. Además de ser elegido por la revista Time como uno de los veinte personajes más influyentes de los Estados Unidos.
Pero todo esto se los cuento yo, la Wikipedia, los diarios, las personas que lo conocieron, los que vivieron esos momentos, en fin, cualquiera… menos en esta película. La imagen de Mohamed Alí se dibuja con tanta timidez, que queda aplastada con la insípida expresión del protagonista. El clímax de las escenas se apoya con juego de imágenes y música para buscar un efecto determinado de «grandeza» que no se logra con la actuación. Pero a pesar de este mal rato, recordar al más rápido, el más rudo y el más lindo fue, para mí, apasionante.
Manos de Piedra
Roberto Durán «Mano e’ piedra», es el boxeador que ha ganado más títulos en diferentes categorías: Debutó en la categoría gallo (La división supergallo (122 libras) no fue creada oficialmente hasta mucho después, en 1972, cuando ya Durán militaba en el peso ligero) Ascendió al peso pluma (126 libras) y superpluma (130 libras). Pasó y se asentó en los pesos ligeros (135 libras) al pelear por vez primera en esa división boxística el 21 de marzo de 1971 ante el venezolano José Acosta, a quien derrotó por KO en el primer asalto. Veintidós de sus combates ganados por KO los resolvió en el mismo primer asalto, incluyendo sus dos últimos KO en ese round, ante Bernardo Díaz en la categoría ligera y ante Ariel Cruz en la categoría súper mediana.
Un niño de la calle que encontró en el boxeo su propia voz. La que le permitió, en el transcurso de los años, aplacar la ira de ser un «nadie».
En su carrera acumuló 103 victorias (70 KO 32 decisiones, 1 retiro), 16 derrotas (4 KO, 12 decisiones), 0 empates.

La interpretación de Mano ‘e piedra está a cargo de Edgar Ramírez. Su actuación es impecable, tanto la preparación física como la parte emocional del personaje.
De forma magistral nos mete en el mundo íntimo de Durán, con él vivimos sus temores, inquietudes, rabia. Con la misma pasión estamos frente a una manifestación para reivindicar el canal de Panamá, a una revuelta callejera, a una pelea en la calle, comiendo mangos o gritándole al mundo que no somos «títeres», ni «fichas» de nadie.
Nos atrapa y luego nos deja KO. Claro… es Mano ‘e piedra quien, a través de Edgar Ramírez, nos subió al cuadrilátero de su vida y luego nos arrinconó en las cuerdas de sus emociones. Vamos creciendo junto con él, reconocemos al deportista, al luchador, al amante cariñoso, al atormentado, al hombre en toda su dimensión: con sus errores y aciertos. Llegamos a molestarnos con él por momentos, para luego comprenderlo.
Por cierto, también actúan Rubén Blades y el extraordinario Robert De Niro, quien una vez más sorprende por su capacidad de brillar con luz propia sin opacar a los que le rodean.
Aunque no acostumbro recomendar películas, creo que ésta es digna de verse. Te guste o no el boxeo.
Pues me veré la película de Durán. Me suele gustar mucho este tipo de cine de superación, jeje… abrazoooo
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Hola Luis. Es una excelente película, espero te guste. Un abrazo 🐾
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