Hay muchas historias que hablan sobre pactos entre diferentes animales, se han descrito en textos, en dibujos animados y en la vida real hemos sido testigos de ellas alguna que otra vez.
En esta oportunidad me voy a referir a una extraña alianza entre personas y otra entre ratones, gatos y seres de otro mundo. La historia parte de la fábula El Gato y los Ratones, en donde el gato figura como villano y los ratones como astutos. En la adaptación para el relato corto que viene a continuación no hay buenos ni malos, son alianzas que cambian y se forman a raíz del trato que damos y recibimos de los otros…
Sobre gatos, ratones y otros seres

En algún lugar existió una enorme casa habitada por una pareja presumida. Noche tras noche, realizaban grandes festines para ostentar la abundancia en la cual vivían. Sus vecinos asistían gustosos, luego parloteaban. Esas habladurías traspasaron los muros de la ciudad hasta las afueras y llegaron a oídos de una colonia de ratones que decidieron ir en busca de alimentos, no por glotonería sino, porque estaban hambrientos.
Llegan después de un complicado viaje que le costó la vida a muchos de ellos. Al estar frente a esa casa trepan sus muros, débiles y más hambrientos que al inicio de la trayectoria. El reconocimiento del lugar es rápido. Se instalan en una habitación desierta con salida al patio, por si tienen que huir. Por la mañana los más fuertes trasladan alimentos desde la despensa hasta el refugio. Esa es su rutina durante muchas mañanas hasta que se recuperan, luego se organizan para hacer el recorrido las veinticuatro horas de los siete días de la semana.

La pareja, aunque no los ve, sospecha de la presencia de algún roedor. Sus dudas se confirman, al ver en la enorme despensa una sombra huidiza acompañada por un rabo y varios alimentos fuera de lugar. Ese desorden pone en peligro la magia de la reposición automática, así que enfurecidos deciden buscar una solución.
A la mañana siguiente algunos ratones se quedan petrificados al ver a un gato entrar a la casa. Al recobrar el aliento, con precaución, pero con prisa, avisan a sus compañeros. En un sepulcral silencio se reúnen mientras piensan qué hacer. Esa mañana en el laberinto que conduce a la despensa no hay movimiento. →SEGUIR LEYENDO
No se que motivos te llevaron a redieccionar el resto del cuento a otra pagina, pero…fui para allá. Me dije – Que ni crea que se va a librar de mi- Felicitaciones por tu cuento. Gracias amiga.
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Hola Oswaldo. Se trata de una invitación de escribir en su blog, que surgió en bloguers. Gracias por tu-felicitación, es bien recibida. Un abrazo 🐾
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