
Ahora caminan juntos
Esa mañana, dos seres se lanzan sin rumbo por calles abarrotadas. Ambos van absortos en sus reflexiones y en su recorrido evaden a los que se encuentran a su paso. El aire, a través de una fría brisa, penetra en sus pensamientos y descubre que la soledad es la que guía sus pasos para transformarlos en tristes pisadas. Los que caminan detrás de ellos sienten el frío que se desprende de sus andares y nadie se atreve a posar sus pies en esas huellas que, como lamentos, quedan impresas en el pavimento.
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