Tiempo estimado de lectura: 4min 46sec.
Después de un breve receso vuelvo con la colaboración para el blog Todoparatugato (me encontraba atareada con el proyecto de las agendas, que por cierto ya terminé). En esta oportunidad la mitología celta me sirvió de inspiración. La historia del Cath Palug, también conocido como El gato de Palug, se prolongó en Gales y la Galia. Al parecer habitaba en la isla de Anglesey, en donde mató y devoró a valerosos guerreros. El relato lo combiné con algunos aspectos de la deidad acuática en la mitología irlandesa, conocida como Manannán Mac Lir, que al parecer pertenece a una de las razas más antiguas de las deidades.
En la Tríada de Gales (Trioedd Ynys Prydain) se dice que El gato de Palug era hijo de una enorme cerda llamada Henwen y que después de su nacimiento fue arrojado al mar para que se ahogara. Sin embargo logró llegar hasta la isla Anglesey en donde los hijos de Palug lo encontraron y criaron. Ignoraban que a su paso sembraría la muerte, sería su mensajero, el guardián de los caminos acuáticos hacia el Inframundo celta.
En un inicio al Cath Palug se le concibió como un gato negro de talla común que al ser rechazado y arrojado al mar se volvió monstruoso. Hay versiones que dicen que se transformó en un enorme felino, con cuerpo de caballo y en algunas es similar a un dragón. Su muerte también tiene varias explicaciones. Hay referencias que señalan que muere en un combate con Sir Kay, el hermanastro del rey Arturo. En una, es el propio rey Arturo quien lo mata y en otra, Arturo es derrotado por Cath Palug durante la batalla que libraron en un pantano cerca de Mont du Chat.
Manannán Mac Lir es un poderoso hechicero, posee una capa que cambia de color según el paisaje en el que se encuentre, mimetizándose. También tiene un casco que encandila a sus enemigos, una coraza invulnerable, una bolsa mágica hecha de piel de grulla que contiene muchos tesoros, la espada Frecraid o Fragarach (que significa «la que responde») con un filo capaz de traspasar cualquier malla o armadura, un barco que surca el mar sin necesidad de tener remos ni velas y además disfruta del grado de Feth Fiada o Amo de la Niebla que utiliza cuando quiere esconderse a sí mismo o a algo/alguien. Dicen que algunos pescadores soltaban una parte de sus pescas para rendirle culto.
El gato de Palug
Tiempo estimado de lectura: 11min 21sec.
Muchos siglos atrás, en algún lugar y por alguna razón desconocida, un gatito negro de pocos días de nacido fue arrojado al mar para que se ahogara. Su diminuto cuerpo fue arrastrado por las olas hasta llegar a las aguas más profundas, allí conoce a un ser misterioso que lo toma entre sus manos. Al mirar sus ojos el minino sabe que no es amigo, se defiende de él con sus diminutas uñas y dientes. No logra zafarse y cuando está a punto de perder sus fuerzas, una deidad acuática llamada Manannán Mac Lir va en su ayuda.
Se vale de sus conocimientos sobre el otro mundo para acercarse sin que ese ser extraño, la Muerte, se percate de su presencia. Entonces utiliza sus habilidades de hechicero para otorgarle al pequeño el poder de su espada, al tiempo que le susurra al oído: «por la autoridad que me otorga el poseerla, transfiero a tus garras y dientes las cualidades de Frecraid: un filo capaz de traspasar cualquier cosa. Así podrás defenderte».

El gato agradece la ayuda. Con sus nuevas garras y dientes, tan poderosos como puñales, pelea con la Muerte hasta vencerla. Manannán Mac Lir es el Amo de la Niebla y utiliza ese poder para observar la batalla, oculto a los ojos de los contrincantes. El pequeño ya está libre de las manos que lo mantuvieron prisionero, pero ahora se enfrenta a las olas para llegar a tierra firme.
Su lucha por sobrevivir continúa. La deidad lo socorre de nuevo. La Muerte los ve a bordo del barco de Manannán Mac Lir, que puede surcar el mar sin necesidad de remos ni velas. Comprende que fue burlada y al no poder enfrentarse a él, ya que pertenece a una de las más antiguas de las deidades, decide maldecir al gatito. Con su voz de ultratumba grita:
—Dejarás de ser un gato. Te convertirás en un monstruo que cambia de aspecto según quién te mire, serás un caballo con cabeza de gato, un dragón o un gigantesco felino capaz de asustar y vencer a los valientes. Detrás de tus pasos iré yo para recoger a los moribundos. Desde hoy eres mi mensajero, el guardián de los caminos acuáticos hacia el Inframundo celta. →SEGUIR LEYENDO
Vaya relato te has marcado, Rosa.
La verdad es que yo soy más de perros que de gatos, pero estos últimos siempre me han fascinado porque los felinos son increíblemente bellos y exóticos, pero también muy misteriosos y místicos. Mirarlos a los ojos ya me pone los vellos de punta.
Después de este relato creo, que al menos durante un tiempo, me van a dar más miedo y respeto. Aunque no estoy para salir corriendo, pero les haré una reverencia antes de dar media vuelta. XD.
Enhorabuena por el relato, un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola JascNet. jajajaja 😁 Creo que hemos comprendido bien. A los felinos hay que tratarlos con el respeto que amerita un ser superior. jajajaja 😁 Yo tengo afinidad con ambos (perros y gatos), pero confieso que con los felinos tengo una conexión más inmediata. Gracias por tus palabras. Un abrazo 🐾
Me gustaLe gusta a 1 persona
El gato de Palug. Una leyenda con sus distintas versione sy cada vez se van quedando más grandes los ojos del lector. Es tan sensorial y, sobre todo visual, que me parece haberlo visto en una pantalla en vez de leído.
Un abrazo, Rosa.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por el comentario Pilar, me alegro mucho que le lograra el efecto de las imágenes y pudieras recrearte en ellas. Un abrazo 🐾
Me gustaMe gusta