7 Seeds Pat I (7 Semillas, 2019) Ciencia ficción, distópica, basado en el manga homónimo (ズンズSebun Shīzu) de Yumi Tamura y ganador del Premio de manga Shogakukan 2007.

Llama la atención descubrir que el tema y otros elementos utilizados en la trama no parecen originales. ¿Por qué realizar una serie de un futuro post apocalíptico con situaciones ya tratadas en un número significativos de series y películas en el 2019?

Inmediatamente recordé a la serie Lost, Perdidos, mi favorita (la segunda es Breaking Bad…) que desató la fiebre de las series de supervivientes en este lado del mundo (una fiebre que todavía sigue en pie) en ella habían búnkeres con suministros… grupos de personas que debían reunirse… y me pareció raro que los japoneses, que se han caracterizado por sus argumentos originales y audaces realizaran una serie con cosas ya vistas y en cierta forma trilladas en el 2019.

Al parecer Tamura se inspiró en unos informes sobre objetos cercano a la Tierra (89959) 2002 NT que podrían colisionar con la Tierra y escribió la historia dirigiéndose a niñas pequeñas. Algo poco usual en nuestro mundo occidental ya que el tema es evidentemente muy adelantado para nuestra percepción de la «literatura infantil» El manga (que no son otra cosa que cómics/novelas gráficas) de 7 Semillas terminó siendo del estilo shōjo que está dirigido a un público femenino adolescente. Se dio a conocer en 2001 por una revista dirigida a niñas pequeñas, pero cada vez más comercializada para mujeres adolescentes (Betsucomi ) Luego se publicó en Flowers otra revista pero de corte josei, destinados a niñas adolescentes mayores y mujeres adultas. Y ahora sufre otra apertura con el anime, original de Netflix, en 2019 para mayores de trece años en general.

¿Por qué 7 Seeds?

• Hay un juego preciso con el tiempo, que nos permite hilar las respectivas personalidades, ver el crecimiento de cada personaje y la interacción/evolución de los diferentes grupos. Sin trucos narrativos ni uso excesivo de flashback para explicar el presente, nos mantiene en tensión, haciendo que la historia entre de forma «natural»
• Como algo curioso a menudo Tamura incluye ciertas canciones en los títulos de sus capítulos y otras juegan un papel importante como puntos de inflexión en la trama. 
• Hay elementos que podríamos enmarcar dentro de lo «mágico», como por ejemplo, un personaje que para sobrevivir en su difícil travesía es acompañado por su fiel amigo que después sabemos está muerto y la compañía real es la de unos cachorros de perros (inevitable no recordar a La vida de Pi). Otro personaje que me pareció fascinante es la muerte, los demás hablan de ella como un personaje real y de hecho aparece al ser deseada preguntando al interesado si quiere morir o no.
• También es muy importante destacar que en la selección del proyecto 7 Semillas los grupos no están formados por los mejores ciudadanos, ni por los más fuertes. Hay de todo, cada quien deberá aportar, o no, lo que sabe y/o lo que pueda aprender. Cada quien debe hacerse responsable de sus decisiones, de ellos depende la repoblación del planeta. Un mensaje claro de responsabilidad individual y colectiva en donde la actitud egoísta del «yo no soy capaz» no encaja y la división por sexo está superada.
• Lo importante de la historia es lo conceptual, no hay «efectos especiales» en cuanto animación para mantener la atención o el suspenso. Tampoco grandes escenas de acción sino un escenario bastante realista de relaciones, fuerzas de poder y posturas frente a lo desconocido e incierto. La lucha por sobrevivir, el liderazgo, la obediencia, la confianza y la aceptación personal como punto de partida para la creación y el trabajo son los temas que esta autora trata de manera sencilla y directa, sin darte tiempo al aburrimiento.

Es para verla con tranquilidad y sin esperar grandes revelaciones, nada que no se haya visto ya en TV. Sin giros extraños en los argumentos no decepciona su lógica que pese a ser aplastante, no resulta predecible ni estereotipada. Para ser una serie «infantil» son doce capítulos bastantes realistas y crueles, la animación tradicional está bien. Para ser «adolescente» es poco dramática (nada rosa) y muy conceptual, con una animación muy infantil, sin efectos ni violencia gratuita. Y como una serie para adultos plantea muchos problemas en apariencia «adolescentes» pero que si se es capaz de ver matices hay un gran planteamiento detrás sobre las fuerzas de poder en las relaciones y las consecuencias de una actitud u otra. Así pues la podría ver cualquier persona de cualquier edad (aunque Netflix pone + de 13 años) y cada uno verá lo que alcance ver.

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