Al abrir los ojos se vio con todas sus hijas en la morada de los muertos y en el ambiente se palpó algo inusual.

En mi corta vida no había notado nada igual: Es la noche que caprichosa se detiene y avanza en el tiempo, al ritmo de su propio compás. Con su complicado sistema de luces y sombras llegó a explicar que eso es lo que hace después de una muerte humana, que solo lo notan los afectados y los que ven las vestiduras que regala la muerte a sus acompañantes. Los demás se limitan a cerrar los ojos o miran las falsas luces.

Anier, inmersa en el juego de la noche, se aceleró al sentir el estallido de una luz tan blanca que rompió las líneas y figuras de todo aquello en donde posó su vista. Pestañeó y como si cayera un interruptor, esa luz pasó a su mente para aplacar de golpe los sonidos.  

Todas sus hijas y su familia notaron que volvía a cerrar los ojos. Creyeron que había sucumbido ante el cansancio, ignorantes sobre la actividad que teníamos no notaron la luz blanca, brillante, que abrió su mente en otras direcciones. 

De repente esa luz la expulsó y se vio junto con todas sus hijas ante una puerta entreabierta. Ellos, al otro lado, la invitan a entrar con recreaciones divertidas sobre diagnósticos “de la realidad”, burlas y sentencias hacia otros. Diversiones ambiguas que aun ofrecen la oportunidad de matizar las propias opiniones cuando estas se reflejan en el extremo de lo aceptable. La gama de grises que ellos les proporcionan permite esconder lo más oscuro de la persona detrás de un tono ameno. Como en un juego, las invitan a traspasar la puerta para entretenerse con críticas continuadas y malintencionadas y la promesa de que este ejercicio no transformará el alma ni tendrá consecuencias.

Anier tomó conciencia de haber estado de pie frente a esa puerta desde hace mucho y, sobre todo, de que ya no podría controlar por más tiempo la curiosidad que sentían todas sus hijas por aquello que esa puerta escondía a medias. Ahora, sin la presencia de Onagnaz, Ellos le exigirán atravesarla. Se podrán llevar a las hijas más curiosas y vulnerables para luego dejarlas encerradas. Atrapadas de forma definitiva. Al terminar esta visión, sintió pánico.

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