Después de permanecer aletargada en el colchón durante tanto tiempo, decidí abordar a mi fiel compañero. Desde la altura de su cabeza viví su frustración cada vez que era rechazado por el grupo, al no poder realizar los saltos necesarios para entrar en el equipo. Compartimos largas noches de insomnios, lágrimas ocultas a terceros, hasta que no pude con su sufrimiento y resolví tomar su alma.
La transferencia la realicé a la perfección. Mi cuerpo comprimido lateralmente me permitió desplazarme con facilidad. Luego estiré mis largas patas y deposité las traseras en las que antes eran las suyas. También distribuí la dureza de mi organismo en este nueva materia, para poder seguir soportando grandes presiones. Esa noche ambos dormimos plácidamente. Él en el colchón a la espera de alguien a quien chupar su sangre y yo, en mi recién envoltorio.

A la mañana siguiente volví al entrenamiento. La sorpresa fue colectiva al observar que realizaba con gran destreza las escaladas. Los saltos, de una distancia de hasta 200 veces la longitud de mi nuevo cuerpo, dejó a los presentes sin aliento. Corrí en perfecto equilibrio. No sufrí ningún dañó en el desplazamiento ni en las caídas. Sería el mejor en la práctica del parkour. Que yo quedara en el anonimato, no me importó. Jamás había realizado saltos tan emocionantes. Juré que nunca más volvería estar en la piel de ningún otro animal. Seguiría fiel a este cuerpo humano, aunque él se llevara los méritos.
Feliz Navidad !
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Gracias!! Felices fiestas para tí y los tuyos 😍 Un abrazo 🐾
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Con este caso de posesión no puede ni el mismísimo Padre Damián J. karras
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jajajaja 😁 Tienes razón, Cabrónidas. Gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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Una publicación arriesgada y peligrosa, Rosa.
Has abierto la caja de Pandora. Ya veo a deportistas de élite buscando intercambios con animales en busca de récords olímpicos.
Un fuerte abrazo 🙂 😉
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jajaja 😁 Miguel, esa posibilidad no la contemplé, pero es interesante 😁 Gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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¡Hola, Rosa! ¡Ahora lo entiendo todo! Ya me extrañaba a mí que últimamente hubiera tanta gente haciendo deporte, ja, ja, ja… Veo que en realidad contamos con una invasión de pulgas ladronas de cuerpos. Un fuerte abrazo y mis mejores deseos para este 2023 que ya tenemos encima!!
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Hola David. Así es 😁Habrá que mirar bien a los ojos de las personas para detectar a los verdaderos humanos 😁 o a lo mejor EMCU saca al mercado un detector de invasores (que será obligatorio comprarlo en ciudad Agnus jajajaja). Gracias por el comentario. Muchas felicidades para tí y los tuyos en este nuevo año 😍 Un fuerte abrazo 🐾
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