Esa mañana, dos seres se lanzan sin rumbo por calles abarrotadas. Ambos van absortos en sus reflexiones y en su recorrido evaden a los que se encuentran a su paso. El aire, a través de una fría brisa, penetra en sus pensamientos y descubre que la soledad es la que guía sus pasos para transformarlos en tristes pisadas. Los que caminan detrás de ellos sienten el frío que se desprende de sus andares y nadie se atreve a posar sus pies en esas huellas que, como lamentos, quedan impresas en el pavimento.
La soledad que no desea continuar al lado de esos dos seres, habla con el viento y juntos elaboran un plan, se hacen cómplices. De acuerdo con lo pactado ella obliga a uno de los caminantes a doblar en la esquina y sentarse en un banco, mientras llena su mente de tristes recuerdos en los cuales está siempre solo. El corazón de ese individuo se encoge de dolor al recordar la desolada vivienda que habita. Al mismo tiempo, la brisa sopla fuerte bocanadas de aire frío y el otro ser avanza con dificultad hasta llegar al mismo lugar donde el hombre solitario permanece con la mirada fija en el suelo y los ojos llenos de lágrimas.
En algún momento la soledad y el viento mueven los hilos de ambos seres y sus miradas se encuentran. El hombre queda prendado al observar la dulce mirada azul que lo contempla a lo lejos. En esos ojos descubre una desolación que contrasta con la fuerza que emana de su alma. Con precaución se acerca y le extiende la mano. El otro ser retrocede, pero le bastó tan solo unos pocos segundos para comprender que podían iniciar una gran amistad.
Juntos y en silencio caminan hasta llegar a la casa del hombre solitario. Al abrir la puerta una nueva sensación emana del interior. La soledad se marchó. Con ella también se fueron el frío y la tristeza.
Ahora los dos seres comparten sus vidas en una casa tranquila llena de pequeños y grandes momentos. Es verdad que el hombre salvó la vida de un gatico abandonado por algún humano, pero también es cierto que el minino lo rescató a él del abandono.

¿Por qué adoptar a un gato? Parte IV
Te he contado esta historia para recordarte que cuando adoptas un gato lo salvas de llevar una vida callejera muy dura y al poco tiempo de hacerlo, descubres que él también te rescató a tí.

En colaboración con TODO PARA TU GATO en la campaña #AdoptaUnGato
Estoy de acuerdo. También pasa que a veces no es el dueño quien pasea al perro, sino al revés.
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Hola Cabrónidas. Tienes razón, eso lo vemos con mucha frecuencia. Un abrazo 🐾
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Precioso relato, Rosa.
Totalmente de acuerdo contigo, mejor adoptar que comprar.
Pero todavía mucho mejor, pensar con mucha paciencia y recurrir a los antojos si es adecuado regalar un animal. Muchas veces son juguetes rotos.
Un abrazo y que tengas un 2023 precioso.
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Hola JascNet. Tienes razón, al regalar un animal hay que tener cuidado para que no se convierta en un juguete roto, como bien dices. Un abrazo 🐾
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Un relato cargado de emoción desde el principio, de los que te conmueven por dentro. El broche final, de lujo.
Un placer leerte siempre, Rosa.
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Hola María Pilar, me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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Bonito, precioso! Totalmente de acuerdo que son ellos los que nos rescatan a nosotros.
Espero que estés bien Rosa, un abrazo 🤗
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Hola matymarinh. Es cierto, la vida te cambia para bien cuando un gato entra a tu vida. Gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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