Una leyenda del gato Sagrado de Birmania. Parte XII

El Gato Birmano o Sagrado de Birmania es una raza que se caracteriza por su pelaje semi-largo, de color claro, con zonas de tonalidades más oscuras, con guantes de un blanco inmaculado y ojos azul zafiro.

Gato Birmano o Gato Sagrado de Birmania

Hay una leyenda que cuenta que antes de la aparición de Buda en el mundo, en el templo Lao-Tsun de Birmania, la Diosa Tsun- Kyang- Ksé era la encargada de guiar a las almas en su viaje al más allá. Ella, conocida también por sus ojos color zafiro, permitía que los espíritus de los monjes Kittah pudieran morar en un animal sagrado al terminar su vida en este plano terrenal.

En ese templo también vivían muchos gatos blancos que compartían con los monjes. Su líder llamado Sinh, tenía los ojos dorados como el cuerpo de la Diosa y era el acompañante constante de Mun-Ha, un sacerdote muy querido. Muchas veces él se quedaba todo el día arrodillado frente a la Diosa y Sinh, el precioso gato, permanecía a su lado.

Una terrible noche turbulenta, una banda de indeseables asaltó el templo dando muerte a Mun-Ha. Sinh presenció aquella atrocidad y cuando Mun-Ha murió, se posó sobre su compañero, miró a la Diosa de oro y le rogó que intercediera por él. Ella atendió sus deseos y el gato sufrió una transformación: el pelo de su cuerpo se tornó dorado, sus ojos amarillos cambiaron a un intenso azul zafiro y sus cuatro patas adquirieron el color de la tierra, pero un blanco inmaculado, símbolo de la pureza de su maestro, las cubrieron como si se tratara de unos guantes. El gato acompañó a su querido amigo durante los siete días del velatorio. Después falleció y se llevó el alma del anciano a la otra vida, al encuentro con la Diosa.

Al pasar una semana, los monjes se dan cuenta que ya era la hora de escoger a un compañero que ocupara el trascendental lugar del desaparecido Mun-Ha. Mientras estaban congregados para tal evento, los cien gatos del templo también se transformaron: sus pelajes cambiaron al dorado, sus ojos en azul zafiro y sus patas parecían guantes blancos. Ante el asombro de los presentes caminaron en silencio hasta llegar al más joven del grupo y lo cercaron completamente. Todos comprendieron que era el elegido para ser el nuevo maestro y acataron la decisión.

Para que nadie olvide la transformación que la diosa le otorgó a Sinh y a sus cien compañeros del templo, desde entonces se sabe que al nacer un gato Birmano es totalmente blanco y las marcas de tipo siamés aparecen a las dos o tres semanas de vida. También cuentan que al morir un Sagrado de Birmania, el espíritu de un monje le acompaña y ambos se dirigen a su nueva morada en el más allá. Porque la amistad de un gato es más profunda que la simple obligación de proporcionarle agua y comida.

Por eso te digo que si tu familia adopta un felino y lo hace parte de ella, adquiere la sabia compañía de un ser maravilloso, capaz de infinitas enseñanzas.


En nuestra campaña #AdoptaUnGato que realizamos Todo Para Tu Gato y yo, hemos seleccionado una serie de frases para motivarte a la adopción. Aunque son muchas las razones para adoptar un gato, decidimos seleccionar doce para cubrir un año y este relato es parte de la última frase, la #XII.

Con ella y por el momento, damos cierre a esta tarea. Ya se nos ocurrirá otra manera de motivarlos para que se decidan adoptar un gato.

Comparto con ustedes el texto que Todo Para Tu Gato publicó en su blog:

Porque un gato es más que solo agua y comida

¿Cuántas veces habrán pensado las personas que se han propuesto adoptar un gato, que eso es una obligación más para darle de comer y beber a un animal que no aporta nada?

Creo que es un dato que exactamente no lo sabremos nunca a ciencia cierta. Pero podemos estar completamente seguros que nos sorprendería conocer el número de personas; porque superaría con creces la cantidad que pensamos… Seguir leyendo



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9 comentarios en “Una leyenda del gato Sagrado de Birmania. Parte XII

  1. Hola, Rosa, teíamos una gatita adoptada, siamesa, preciosa, con esos ojos azul zafiro. Una noche no volvió a casa. Apareció en la cuneta cerca de donde vivimos. ¡Ay, qué dolor! Los gatos de las cunetas.
    Ahora tenemos dos: uno es negro con botines blancos, como el que has puesto tú tanta veces en un gift y el otro es todavía un bebé, jaspeado, abandonado en la calle. Ya no está triste y el mayor lo protege. Se van a llevar bien.
    Un abrazo!

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    1. Hola María Pilar, lamento lo de tu gatica siamesa,. Esas pérdidas son muy dolorosas y difíciles de superar.
      Por otro lado, me alegro de tus nuevas adopciones. Van a llenar tus días de muchas alegrías y seguro se llevarán bien. 🧡
      Gracias por tu comentario. Un abrazo 🐾

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