A propósito de: No soy un hombre fácil (Película 2018) y ¿En qué piensan las mujeres? (película 2000)

Normas para ellas y (también para ellos)

Qué pasaría si de repente un hombre se despierta en una realidad que mantengan el funcionamiento de los roles sociales tal cual funcionan en la actualidad, pero cambien los sujetos que los desempeñan.

En Je ne suis pas un homme facile (2018) (No soy un hombre fácil En España) Damien, su protagonista, tiene que asumir roles que hasta ahora habían desempeñado las mujeres. Los rechaza, se siente violentado y los reconoce como absurdos, mientras la mayoría de sus pares (hombres) están cómodos. En la película no faltan los «masculinistas» hombres que se quejan de las limitaciones, exigencias impuestas y claman igualdad, ante las burlas de las mujeres.

a_proposito_genero_rboschetti

De forma muy elegante, esta película nos muestra todos los cliché que se utilizan para imponer una inferioridad social a quienes asumen esos roles como suyos (bien sea consciente, por imposición o por costumbre) En su rebeldía y mientras se adapta el protagonista se ve cuestionado en todo momento: Desde su higiene y «belleza»  (tuvo que depilarse el pecho con vergüenza después de que una mujer se rehusó a acostarse con él por asco), hasta aquellas que  entendemos como biológicas, referentes a la fuerza física, en una escena «romántica» una mujer lo carga en sus brazos y lo estampa contra la pared en un arrebato de pasión, dejándolo desamparado.

No ocurre lo mismo con What Women Want (2000) (¿En qué piensan las mujeres? en España y Lo que ellas quieren en Hispanoamérica) en donde el protagonista, tras un accidente, comienza a escuchar los pensamientos de las mujeres. Él, quien es un perfecto machista y egocéntrico al igual que lo fue Damien, utiliza estas nuevas dotes para recopilar información y manipular con conocimiento de causa a todos los que le rodean. Esta película es un intento de mostrar qué tan desconocido y singular es el mundo de las mujeres ante los ojos de los hombres, pero termina mostrándonos un mundo femenino complaciente, mientras que en la francesa muestran la estructura y su absurdo si valorar quién complace a quien.

En cualquier caso ambas nos muestran lo arbitrario que son los roles de género, que al ser creaciones sociales poseen unas pautas de comportamiento y la aceptación de estas normas que regulan el comportamiento (quizás por costumbre) tanto de hombres como de mujeres para mantener el orden conocido. Las legitimamos buscando la aceptación del grupo. Por ejemplo, ante una situación en donde no se puedan decir ciertas cosas directamente y se busquen otros caminos para expresarse, nos parecerá «normal» que: Si es una mujer la que utiliza esta estrategia sea interpretada como manipulación. En el caso de un hombre que se entienda como astucia, sutileza y sobrevivencia. Y la puestos en la ficción, si es un hombre en el caso Damien, se le tome por un inadaptado «masculinista»

Pasa el Test de Bechdel



Anuncios
Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.