De regreso a la ciudad se detuvo en un árbol cercano, otra colmena tiene problemas. Ve algunas de sus compañeras que están siendo atacadas…
Vuelan desesperadas, apresuradas, hasta caer en una trampa. La Reina gritó, rompiendo su silencio ancestral.
—¿No entiendes? Al matarnos destruyes el planeta.
El hombre, mientras prendía fuego a las colmenas, pensó: «¡Estoy cansado… Hasta escucho hablar a las abejas!». Al instante, el fuego devoró a las últimas de su especie.
Originalmente Participó en: Cincuenta palabras, noviembre
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