El expulsado: como nave sin marinero (8)

En la mañana escuchó en eco a los medios de comunicación y se apresuró con su rutina, sabía que no era fácil encontrar un transporte. Atinó decirle a Bram desde la puerta «No puedo usar el coche, sólo circulan los autorizados».

compañeros de trabajo ríen por lo desatinado de la combinación de la ropa de Saturnino Segundo
Desatinado de su combinación

Llegó al trabajo, los rumores estaban muy avanzados. Se alivió al comprobar que su trabajo no fue el cuestionado, tampoco en estos cuchicheos. No le dio tiempo de decir su habitual: «Hay que ser más inteligente para la próxima vez» porque, como en un déjà vu, una voz se alzó por encima de la suya: «Molina necesita una novia que lo ayude» y volvieron a reírse por lo desatinado de su combinación con observaciones cada vez más hirientes. «¿Van a volver con el mismo tema?» se preguntó para sí mismo con asombro.

—Todo debe reflejar prosperidad —dijo uno que puso cara de circunstancia.

Saturnino Segundo interrumpe, como de costumbre al sentirse vulnerable:

—Pregunta: ¿Cómo desaparecieron los Mayas? Respuesta: Los sustituyeron los leggins.

Logró desviar la conversación hacia nuevas bromas hasta que llegó el momento de retirarse a sus respectivos puestos de trabajo. Saturnino Segundo caminó rápido: «¡Todos los días lo mismo! ¿Qué más da lo que lleve puesto?… ni mi padre logró que cambiara ¡Joder con esta gente!… ¡Al final Bram tendrá razón!» pensó.

A media jornada son convocados al salón de reuniones. Saturnino Segundo entró y buscó en los ojos de los demás respuestas. Entre los presentes se respiró nerviosismo, «es la primera vez que se ha interrumpido la jornada de ese modo» murmuran al encontrarse. Solo faltan los directores, demás cargos importantes y algún que otro despistado por llegar, el resto asistió puntual.

Primera reunión en el salón de reuniones y conferencias del trabajo de Saturnino Segundo
Salón de reuniones y conferencias. Reunión 1

A los pocos minutos entró Daniel seguido por varios de los cargos importantes menos por Anier, quien se detuvo en la puerta del salón de reuniones, sin dejar de hablar por el móvil y no llegó a entrar, dió media vuelta y se retiró. Daniel hizo una pausa que evidenció el rechazo de ella. Luego con palabras grandilocuentes agradeció la asistencia masiva y como responsable de la reunión, indicó que con ello ratificaban la aceptación de lo que él venía anunciar.

📢…Han sido muchos los que se han retrasado en estos días…

La charla se hizo pesada, Saturnino Segundo dejó de interesarse. Comenzó a contar los minutos que quedan para poder tomarse su segundo café del día, mientras pensó: «¿Se consume el tiempo de descanso!» El fastidio lo empujó a escuchar fragmentos.

📢… parte del conjunto de mejoras son los autobuses dispuestos

Se consoló con un «Por lo menos no hay que luchar por buscar autobús»

Al llegar la hora de irse, se encontraron con las puertas bloqueadas. Les hicieron formar una fila para darles las acreditaciones que les permitirían subir a los vehículos.

Ordenados, en silencio, pacientes, uno detrás de otro en la lenta fila hacia la salida, así se veían desde lejos. «Bueno es la primera vez, lógico que tarden un poco…» decía Saturnino Segundo para sus adentros en un intento por silenciar sus quejas internas (que ya amenazaban con encontrar salida a través de la boca)

Buscó distraerse. Observó a los demás que por sus caras, parecían estar en el mismo proceso interno de auto-calma. A la lentitud se le sumó la voz impersonal de los altavoces dispuestos por todo el edificio, con su anuncio en bucle:

📣« …A partir de este momento está prohibido utilizar el aparcamiento del recinto para todos los vehículos particulares y no autorizados. Recuerden que estas medidas se toman por el bien común…»

Por fin llegó su turno.

Con las credenciales y una carpeta en mano se vio al frente del autobús al cual fue asignado.

📣« …A partir de este momento está prohibido utilizar el aparcamiento del recinto para todos los vehículos particulares y no autorizados. Recuerden que estas medidas se toman por el bien común…»

Reconoció algunos rostros en esa otra fila que se movió un poco más rápido que la anterior.

📣« …A partir de este momento está prohibido utilizar el aparca…

📣 … miento del recinto para todos los vehículos particulares y no autorizados. Recuerden que estas medidas se toman por el bien común…»

Antes de subir al vehículo los de la fila son enumerados por una persona que toma notas en una carpeta del mismo color del autobús y su uniforme, para luego indicar el puesto asignado. Uno a uno. Así supo que iba con otras 49 compañeros de empresa.

📣 …A partir de este momento está prohibido utilizar el aparcamiento del recinto para todos los vehículos particulares y

Se sentó en el puesto señalado y se alegró al ver que conocía al compañero de asiento. Luego de un rato Saturnino Segundo rompió su silencio para decir:

—No te parece que Economía y geografía ambiental rural y urbana para un próspero desarrollo sostenible a largo y mediano plazo, es un título un poco exagerado. Me gustaba más el anterior, más simple.

—Ah! Molina abre tu mente a nuevos vocabularios, igual no lo entiendes. —El compañero no siguió ese hilo, cerró los ojos como preparativo para un largo viaje, aún faltaban 25 personas por subir.

📣 …Recuerden que estas medidas se toman por el bien común…»

Saturnino Segundo sonrió ante el comentario, no pronunció ninguna frase graciosa ni sacó a colación ningún chiste para amenizar el viaje. Para distraerse un poco Saturnino Segundo sacó su móvil y su app de lectura.

Lee: El proceso de Franz Kafka (leer aquí)

El trayecto se hizo eterno. A ratos levanta la vista sin reconocer el paisaje, desea llegar rápido.

De forma monótona el asistente de la conductora anuncia el nombre del que debe bajarse. Este entrega la carpeta repleta de papeles que le dieron al subir. El asistente de la conductora los revisa uno por uno, con una paciencia meticulosa y le entrega una copia sellada. Así Saturnino Segundo se enteró que dentro de la carpeta había algo que debía firmar. Retomó la lectura.

Al cabo de unas cuantas pantallas guardó el móvil para revisar la carpeta: Eran las normas, el horario y la ruta. Las revisó compulsivamente, comprobó que su parada quedaba a diez calles de su casa. Sus ojos avanzan hacia el horario de recogida, cayó en cuenta que debía estar en la parada a las seis de la mañana en punto.

Una de las normas salió del papel para llamar su atención, pero el agotamiento hizo que no se detuviera en ella.

Entre cabezadas comenzó a enumerar lo que creyó, porque así lo quiso, eran ventajas de su nueva situación: Ahorrar combustible, leer en el trayecto de ida y venida… no encontró más. De momento éstas valían.


Para avanzar es necesario que recuerdes ¿dónde vive Saturnino?

Mapa de la ciudad ficticia de Agnus. Código postal y clima
Agnus: Código postal 1018 Tiempo: 🌥 Despejado, con intervalos nubosos · 11 °C
Mapa de la ciudad ficticia de Agnus. Detalle del piso de Daniel, necesario para saber donde pasó a noche Saturnino Segundo y avanzar en juego de historias
Piso de Daniel. Calle 28 de noviembre con séptima avenida. 1018. Agnus
Mapa de la ciudad ficticia de Agnus. Detalle del Hostal Tandem, necesario para saber donde pasó a noche Saturnino Segundo y avanzar en juego de historias
Hostal Tandem. Calle Subsisto, 20, 1018. Agnus

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