Ocho y media de la mañana. La madre de Saturnino Segundo Molina recibe una llamada. Número desconocido. El corazón le da un vuelco.
Atiende con precaución, presiente se avecina algún problema. El marido no escucha la voz del interlocutor pero, por la fuerza del rictus en el rostro de ella, comprende que le preguntan cosas personales. La señora Molina reacciona, no da sus datos, su ojo derecho comienza a parpadear. Al terminar la llamada ambos se miran. Comprenden que la persecución ha comenzado.

Participo en el reto 5 líneas de mayo 2021
Otros rebeldes que dijeron oh oh:
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Me dejaste al borde del precipicio. Retroceder no puedo. Ir hacia adelanre no quiero, pues me desbarranco. Mmmm…
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Tranquilo Oswaldo, tú quédate donde estás y si te llaman NO respondas!!! Un abrazo 🐾
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