Con los ojos entre abiertos logro ver algo, que en mi imaginación se asemeja a la copa de un árbol lejano. Sus escuálidas hojas marchitas permanecen estáticas, aunque resplandecen ante la implacable luz del sol. De vez en vez cierro los ojos y al abrirlos de nuevo retomo la contemplación de esas ramas. Es lo único que puedo observar desde mi naufragio. Presiento que esto es el presagio de un desastre.
Ha transcurrido el tiempo, quizás han sido horas, días o meses. No recuerdo cuánto ha pasado desde que estoy con los ojos semis cerrados en la contemplación de ese espejismo que se asemeja a unas hojas lejanas. En varias oportunidades he intentado gritar para que alguien escuche mi voz y venga en mi auxilio, pero el sol secó mis labios, dibujó grietas que se llenan de sangre al tratar de moverlos. No puedo evitar sentir un dolor agudo que me nubla la razón. Sin resultado alguno, espero paciente que algo cambie.
Un extraño silencio devora mi mente. Busco algo que emita algún sonido diferente al de mi corazón, pero por más que agudizo los sentidos tan solo escucho el pulso débil de mis propias palpitaciones. Vuelvo abrir los ojos. La luz insoportable del sol se adueñó del entorno y me obliga a cerrarlos. Aun así siento sus rayos filtrarse a través de mis párpados. La piel caliente, seca, comienza agrietarse y de repente una suave sensación de frescor recorre mi rostro. Sonrío. El sabor salado de esa gota de agua que se posa en mis labios agrietados borra mi incipiente sonrisa, me hace comprender que es una lágrima que brotó de mi mirada cansada.
Busco poner mi cuerpo en otra dirección, sin embargo el calor sofocante impide que me mueva. Siento calambres musculares que recorren mis extremidades, la debilidad se apodera de mi figura, el dolor de cabeza me produce mareo y un sudor intenso, seco, asfixiante, recorre todo mi organismo, percibo que mi temperatura corporal se eleva a un nivel asombroso hasta convertirse en un traje que no deseó llevar.
La fatiga me produce un ligero desmayo. Logro reponerme, pero sin fuerzas para llegar al control del aire acondicionado me quedo en el sofá. Abro los ojos, fijo la mirada desafiante y a través de la ventana contemplo lo que ahora sé, porque mi memoria lo ha mencionado en un susurro, es la copa de un árbol que sigue inmóvil. La luz permanece imperturbable, sus destellos parecen potenciarse.
Al comprender que mis esfuerzos son inútiles, me desvanezco. Con una resignación casi espiritual me dejo absorber por el resplandor. Ya no necesito cerrar los párpados, su luz irrumpió en mí para hacerme partícipe de sus dominios. Pintó la habitación de un blanco tan brillante que no puedo resistir la tentación de fundirme en ella. De repente todos los dolores de mi cuerpo se esfuman. Me elevo hasta el infinito y desde allí pienso en los que se cubren en vano de sus rayos. Sonrío ante la ingenuidad de esas acciones. El sol no les dará licencia para que existan sin su implacable supervisión.

Participa en VadeReto (Julio 2022)
Eres un Náufrago y tienes que contarnos tu historia. Las condiciones básicas son: Soledad y algo de Desesperación.

Buenos días, Rosa.
Más que un relato es un preciosísimo poema el que has escrito.
Pasas del naufragio físico al mental y del paradisíaco al urbano.
Has captado de forma excelente el sentido del reto. Esta evocación, en primera persona, hace sentir, más que leer, y expresa tanto el dolor como el placer de la soledad.
Interpreto que el Sol es el catalizador del reencuentro con el yo interior. Que en una meditación figurada te hace comprender que formas parte de la misma naturaleza que él reina y que negarlo es negarse a sí mismo.
Me encantó, gracias.
Un abrazo.🤗😊👍🏼
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Hola JascNet. Muchas gracias por tan hermosas palabras 😍, cuantas flores hay en ellas. Me haces sonrojar 😊. Me encanta lo que dices sobre los personajes y del entorno. El reto fue muy interesante. Un abrazo 🐾
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Buenísimo Rosa, un gran aporte al reto del Acervo, saludos.
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Hola Ana. Gracias por tus palabras. Siempre se agradece un comentario, aunque reconozco que últimamente he visitado tu blog en silencio. Estoy trabajando en una novela que me tiene los pelos de punta 😲 y casi no hago más nada que pensar en ello. Este reto me permitió «despejarme» y hacer algo diferente. Te prometo que este fin de semana voy a visitar tu blog y comento sobre tu participación y algo más… Un abrazo 🐾
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Perdón por irrumpir en la conversación, pero… ¡¿Estás trabajando en una novela que PONE LOS PELOS DE PUNTA?! No te pido que cuentas ná, porque sé que eso no mola, pero ve dándonos miguitas de vez en cuando. 😍😍😍
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jajajaja JascNet 😁, en cuanto pueda voy soltando jajajaja 😁 🐾
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Éxito con tu novela! 👋🏻
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😍 Muchas gracias Ana 🐾
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Hola Rosa, he sentido la asfixia del incesante calor durante todo el relato. Estupendo. Un placer leerte. Abrazos
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Hola misletrasliterarias. El calor es así, se apodera de nuestros cuerpos😁 Gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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Leído lo leído, se hace patente que nunca conviene descuidar la hidratación.
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Así es 😁 Con este calor es mejor tener una botella de agua a la mano y el control del aire en la otra jajajaja 😁 Un abrazo 🐾
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Yo me he quedado un poco en la superficie del personaje, poeque estos días de tanto calor, nos cuesta hasta mover la mano para darle al aire acondicionado o en su defecto al ventilador. Y como bien dicen por arriba, si ademñas te dejas la botella lejos…¡qué desesperación! jejejeje. En todo caso, buenísimo relato. Suerte con la novela.
UN placer leerte.
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Hola José. Es verdad que este calor te tumba. Lo mejor es tener siempre la botella cerca jajajaja 😁 Gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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Maravilloso relato, Rosa, con el que me identifico.
Me ha encantado.
Un abrazo
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Me alegra que te haya gustado😍 Un abrazo 🐾
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Y digo yo: a este no se ocurrió bajar la persiana de la ventana? aunque reconozco que es verdad que a veces sucumbimos a la tragedia y más si nos enfrentamos al sol 😉 Buen micro, me confundió con un naufragio en la playa, una insolación o algo de verdad no un/una con ganas de sufrir 😄 me divierte cuando haces esas cosas con los relatos. Por cierto que sea de género indeterminado me encanta (puede ser cualquiera) Saludos
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Hola Valentina. Tienes razón. Éste, como tú lo llamas, no pensó en bajar la persiana jajaja 😁. Buena ocurrencia, pero el calor tiene ese efecto. No te deja pensar con claridad. Me alegra haberte confundido con el entorno en el cual se desarrolla el cuento y es verdad que el personaje no tiene género. Como en la mayoría de mis relatos éstos están señalados de forma neutra, porque realmente son historias que le pueden ocurrir a cualquiera. Además me gusta que el lector decida cosas, entre ellas el género. Gracias por el comentario. Un abrazo 🐾
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