Encorvada por el peso de la mochila no vi una piedra y resbalé. «¿Estás bien?» preguntó «No te preocupes» respondí. Continuamos el camino cuesta arriba.
Al llegar, el pie derecho palpitaba tanto que me descalcé. Con horror vi una uña rota pegada al calcetín. Un sudor frío con temblores me incorporó de sopetón. ¿O fue la alarma del móvil? Tenía que vestirme, era la hora de ir al tan deseado paseo.
Reto 5 líneas Julio: Pie, rota, preocupes.
Anuncios
¡Muy bueno, Rosa!
¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Saricarmen !!!! es un cuento casi biográfico jejeje Un abrazo 🐾
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ojalá sea real solo que lo hayas soñado, porque lo de la uña rota es terrible…😥
Me gustaMe gusta
Solo son mis temores, cada vez que salgo de excursión pienso en mis uñas jajaja en realidad nunca se me han roto pero de solo pensarlo… el dolor, el no poder descalzarse… uuuuyyy
Me gustaLe gusta a 1 persona
La profundidad de los sueños, a veces, nos despierta pequeños temores.
Otras, nos descubre los monstruos bajo la cama.
Felicidades por el micro.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tienes razón JascNet así son los sueños. Una proyección disfrazada de fantasía. Un abrazo 🐾
Me gustaMe gusta