Una voz extraña lo despertó. Se vio a sí mismo con las manos aferradas a un viejo reloj que consideraba su tesoro. Sentado en su sillón no supo cuánto tiempo había pasado desde que sus ojos juguetones se habían cerrado. Ni cuándo fue poseído por el silencio, envuelto en su manta de estrellas.
Aquel atrevido desconocido había destrozado el cerrojo de su hogar y no dejaba de murmurar:
—¡Increíble! ni siquiera un mal olor ha desprendido en todos estos años.
Sin que nadie lo extrañara había cedido ante el sueño profundo, inmóvil. Solo su barba y cabello habían seguido en el tiempo.

Participó en: Escribir jugando (Mayo 2019) en El blog de Lídia y se han cambiado algunas cosas desde entonces
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Buf, me has creado una imagen mental de esa persona muerta aún aferrada al reloj… me he estremecido. Muy bien integrados los elementos del reto. Muchas gracias por participar una vez más, Rosa.
Un abrazo grande y que disfrutes del fin de semana 🙂
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Gracias Lídia por tus palabras. Me inspiraron las noticias. Es terrible morir sin que nadie se percate de ello, ni siquiera un médico que lo certifique.
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Mágico el relato, Rosa. ¡Me ha gustado mucho!
¡Abrazos!
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Gracias Saricarmen por tus palabras. Un abrazo🐾
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Uf! he tenido que leerlo 3 veces!! que bueno esta el relato! feliz domingo!
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Me alegro que te haya gustado, Scraptella. Feliz domingo para ti también!!!! 🐾
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