A Babadook no hay que dejarlo entrar o ya no habrá nada que hacer, cuando llegue lo sabrás por una mirada, por un gesto. La película de terror del 2014, plantea un interesante enfoque sobre los monstruos que habitan debajo de las camas.
La puedes ver si quieres: | |
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Asustarte | 😮😨😨😱 |
Llorar | 😥😥😢 |
Pensar | 🤨🤔🤯 |
Test de Bechdel | ✅ |
Jennifer Kent, directora y guionista del film, crea una atmósfera propicia para la confusión. Nos pasea por emociones muy diversas, los malos se pasan el protagonismo de unos a otros. El que creímos raíz de todos los males resultó ser la próxima víctima y salvador de la situación y la víctima pasó a culpable, conforme nos fuimos enterando de lo ocurrido. Puede que todo sea producto de un monstruo que habita en un libro y cobra vida, uno que llegará para atormentarte.
Sinopsis de Google: Seis años después de la violenta muerte de su marido, Amelia sigue intentando educar a su hijo de seis años, Samuel, que vive aterrorizado por un monstruo que se le aparece en sueños y amenaza con asesinarlos. Un inquietante libro de cuentos, «The Babadook», aparece en la casa.

El film juega con lo atribuible al más allá y las consecuencias en la vida real de nuestras emociones. Mirar para otro lado, ignorarlo y barrer bajo la alfombra el dolor y los sentimientos no es buena idea y menos cuando son la condición para alimentar al monstruo que habita dentro de nosotros mismos ¿o era debajo de la cama? Este juego en la frontera de lo real, lo puramente psicológico y lo paranormal crea una tensión interesante. El subconsciente habla sin el filtro de lo aceptable, solo que en un mundo que debe ser perfecto sus verdades resultan violentas.
Babadook no se queda en el mero susto ni en el regodeo de conocer bien las emociones tras la pérdida de un ser querido, toca temas que solo se hablan entre pesadillas. El dolor, la culpa, el amor, la madurez emocional (que no va con la edad) y la maternidad.

No hacen falta efectos muy elaborados, basta una animación infantil para que sintamos el sabor del miedo. Las hermosas ilustraciones, a cargo de Alexander Juhasz, muestran a un monstruo que juega a ser humano, así que usa ropa y máscara de expresión fija de lo que cree que es un hombre. En este caso Amelia da por sentado su rol y eso de que el amor de madre lo puede todo. Tal vez sea así, pero en realidad exige el trabajo de la comunicación, en ambos sentidos, además del compromiso.

El proceso de Amelia es complicado, doloroso incluso para el espectador. La actriz Essie Davis hace un trabajo corporal excelente, muestra matices y tránsitos emocionales precisos.
Por otro lado Noah Wiseman interpreta a Samuel, que en su rol de hijo no es lo que parece. Es mucho más que un niño en una película de miedo. Lleva sobre sus hombros la carga de ser el coprotagonista de esa historia psicológica y paranormal. Sirve de hilo conductor de la historia, de excusa y tabla de salvación.
Las apariencias, como dije antes, juegan un papel importante y permiten varias lecturas. Una de ellas es la rigidez de las expectativas de lo que debe ser. Ese perfeccionismo que impide avanzar cuando la situación escapa de control frente a la realidad desnuda y natural que ve un niño de seis años, esa que no representa problemas, esa que se acepta y se adapta, siempre que lo permitan los cuidadores.
Los personajes segundarios también están divididos entre los que se aceptan y los que «deben ser» Están los que negocian con sus montuosos, los que los hacen desaparecer y los que los ignoran hasta ser devorados.

Esta es una lectura muy personal. También está la idea del duelo, de la pareja, de la maternidad, la culpa, el amor, lo sobrenatural. Nos pasean por esta gama de emociones de forma sencilla y todas ellas enriquecen la historia.


Dentro de todo lo horrible del panorama que hay en las relaciones entre los habitantes de esa casa (monstruo incluido) debo decir que me pareció cruel el destino de Hachi, interpretado por Bugsy. Según mi alma sensible fue innecesario, por otro lado muy bien interpretado hasta el final.
Las animaciones, el libro y todo los elementos de Babadook encajan a la perfección. Una sombra, un movimiento casi imperceptible y mucha dosis de problemas crean la pesadilla perfecta. The Babadook es un cuento para no dormir, pero a diferencia de Freddy krueger (A Nightmare on Elm Street, 1984) no necesita mucho ruido ni sangre para dar la sensación de que vivirá en tu cabeza y saldrá a comerte mientras duermes. Babadook es más del estilo clásico, más Stephen king o incluso Hitchcock.
Jelou, Rosa.
Vi esta película no hace mucho y estoy de acuerdo en todo lo que comentas.
Un miedo psicológico que va más allá de la fantasía y unos actores muy convincentes en unos magníficos personajes. Sobre todo el trabajo del niño, es maravilloso.
Con esta película se demuestra, como dices, que no hacen falta grande efectos especiales ni derroches económicos en escenarios y parafernalia para crear una buena cinta de terror.
A propósito, ¿Sabías que el libro existe y se puede comprar en físico? Lo sacaron después de la peli:
https://www.aullidos.com/noticia/32426/babadook-libro-pop-up-nuevo-venta/
Gracias y Felicidades por la entrada. Muy buena reseña.
Un abrazo.
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Gracias por el comentario JascNet. Esta es la tercera vez que veo la película (porque me encantan sus personajes) y recién ahora me animé a escribir el post. El libro sí lo conocía y me encantaría tenerlo, pero es un poquito caro ya que la edición fue limitada (para coleccionistas digo yo) Un abrazo 🐾
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Claro, quieren exprimirlo al máximo, porque han sido los fanáticos de la peli quienes lo pidieron. Yo, la verdad, ni aunque me lo regalen. No estoy para juergas fantasmales. 😂😂😂
Abrazo gordo. 🤗😊
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