Better than us (2018, Luchshe, chem lyudi título original, Mejores que nosotros en Netflix España) Serie de ciencia ficción, creada por Andrey Junkovsky, ambientada en un futuro cercano, año 2029.

Un futuro muy tecnológico pero sin cambios de fondo.

Los robot y la tecnología son parte de la vida cotidiana pero bajo la superficie y los gadget nada a cambiado mucho, es más socialmente a empeorado. Las mujeres son seres de tercera categoría: primero están los hombres; luego los androides mujeres que desempeñan diferentes funciones, incluyendo la sexual y los androides hombres que sólo desempeñan trabajos específicos, no sexuales; y por último las mujeres humanas (que pueden desempeñar cualquier trabajo ya sea bien, excelente, regular o mal, no tiene mucha importancia, porque lo verdaderamente importante es que sean esposas y madres ejemplares para que puedan realizarse. La exaltación de la maternidad es llevada al extremo pero, como dato curioso, las madres solteras tienen poca cabida en esta estructura cerrada, están al margen (literalmente) Otro impacto de la serie es la naturalidad y fácil acceso de las drogas «duras»

Aquí no puedo resistirme a la tentación de hacer un comentario sobre el entrenamiento de Arisa como «mujer» pero no puedo hablar completo sin fastidiar la trama así que hago spoiler

Por otro lado están las maneras cómo se resuelven los problemas:

Si es entre hombres hay diferentes soluciones: Se pueden pelear, matar, humillar, etc

Si la mujer está sola tiene que buscar un hombre que las ayude (aunque ella misma sea una super mujer)

Si es hombre con mujer la soluciones son clínicas para aliviar el estrés, en una especie de nostalgia por la Lobotomía para esposas difíciles. Otro spoiler sobre los malos malísimos y los personajes femeninos 👈

Definitivamente es una serie futurista con una remembranza de otras épocas. A pesar de los avances tecnológicos que nos muestran, muy tentadores, los roles familiares parecen sacados La pequeña casa de la pradera con la disfuncionalidad y los peligros de hoy: Un modelo de «familia feliz» compuesta por un padre trabajador, déspota, distante, incapaz de relacionarse con sus hijos; una madre sumisa, pendiente en complacer al marido, cuya única ambición es el bienestar de él ¿y sus hijos? «bien, gracias»; y unos niños deseosos de crecer, viviendo a la deriva, aferrándose a cualquier relación que les de seguridad.

Ante este panorama futurista, con grandes desarrollo tecnológico y una sociedad con valores de tiempos remotos, me quedó una sensación de realidad actual que me preocupó, por eso las cuatro caritas en los cuadros.

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